Hojas bellas y limpias

Hojas bellas y limpias

Procura utilizar la parte de la hoja en la cual los nervios son más visibles, es decir, en el reverso de las hojas.

Estos nervios deben estar perpendiculares a la persona que las prepara para que no se rompan al limpiarlas o ponerles la manteca.

Los ingredientes

La preparación

Calienta la manteca de cerdo en una olla pequeña e incorpora el onoto. Llévala a un hervor, retira la olla del fuego y déjala reposar. No la dejes hervir demasiado pues sólo se trata de que la manteca se pinte de un color rojo intenso. Cuando se enfríe, cuela la manteca y ponla en un recipiente. Para preparar las hojas, límpialas bien con un pañito húmedo por ambos lados y sécalas con un paño de cocina. Coloca la hoja con el nervio hacia ti y córtalo con una tijera. Necesitarás tres tamaños de hojas para armar las hallacas. Córtalas según las siguientes medidas: para las bases, corta las hojas de 32 por 33 centímetros; para las tapas, corta las hojas de 28 por 30 centímetros y para las fajas, córtalas de 12 por 32 centímetros. Corta el doble de hojas del tamaño mayor, pues con éstas se envuelven las hallacas una vez dobladas, antes de colocar las fajas. Moja ligeramente un pañito en la manteca coloreada con onoto y pásalo por las hojas ya cortadas, por el lado por el cual están más marcados los nervios de las hojas. Es importante seguir la misma dirección que llevan éstos para que las hojas no se rompan. Deja las hojas clasificadas según el tamaño, pues de éste dependerá su uso. Resérvalas hasta que las vayas a utilizar. Prepara el guiso, la masa y los adornos para tener todo listo y dispuesto antes de comenzar a armar las hallacas.