Kristina Light
Kristina Light es el libro con las mejores recetas ligeras de Kristina.
Mis recetas :: Kristina Wetter
Puedes comprar albahaca fresca para incorporarla a los platos, pero si tienes tu propia planta, nunca faltará en tu cocina.
Compra tu planta de albahaca y ponla en una maceta en la cocina y, con apenas unos sencillos cuidados, podrás aprovechar todo el aroma y el sabor de la albahaca recién cortada.
Se dice que existen más de 60 variedades de albahaca pero las más comunes son la albahaca verde y la morada. Es una planta frágil que puede medir entre 20 y 50 centímetros de altura. Sus hojas son redondeadas y de color verde o morado. La albahaca pierde el aroma cuando florece, por lo que es recomendable consumirla antes de que aparezcan sus pequeñas flores blancas.
Es preferible no mezclar las hojas de albahaca con vinagre; más bien combínala con aceite de oliva, limón, tomate o aceitunas, los clásicos ingredientes de la cocina mediterránea.
Cuando compres albahaca, solo lávala momentos antes de utilizarla. Si quieres que se mantenga fresca durante más tiempo en la nevera, envuélvela en un papel absorbente ligeramente húmedo. También puedes colocarla en una bolsita plástica bien cerrada dentro de la nevera o guardar sus hojas en un frasco, cubiertas con aceite de oliva. Si se trata de albahaca seca, consérvala herméticamente cerrada y en un lugar oscuro y fresco para que no pierda su aroma y su sabor.
Puedes picar la albahaca con un procesador de alimentos, pero la forma más práctica es utilizando un cuchillo bien afilado. Separa las hojas de los tallos y forma con ellas un rollito. Colócalo sobre la tabla de cocina y córtalas en tiritas. Apoya el cuchillo sobre las hojas de albahaca y córtalas con un movimiento de vaivén según el tamaño deseado.