Un poco de historia

Se dice que fueron los romanos quienes introdujeron las servilletas como un elemento indispensable en la mesa. Casualmente eran de colores sólidos y, en vez de una, utilizaban dos: la primera para amarrarla alrededor del cuello a manera de babero y la segunda para lavarse las manos antes de comenzar a comer.

Una atmósfera especial

Bien sea que tengamos una reunión familiar, una comida más formal o un encuentro casual con amigos, una mesa bien dispuesta contribuye a crear una atmósfera especial en casa. Manteles blancos o coloridos, servilletas bien planchadas y dobladas con creatividad, hacen sentir a tus invitados que siempre son bienvenidos en casa.

La regla de oro

No hay reglas específicas a la hora de colocar tus servilletas en la mesa. Puedes ponerlas sobre el plato, a un lado - preferiblemente el izquierdo - sobre el tenedor, agregarle una flor o una rama para añadir un detalle especial o doblarla de una manera divertida. Lo que sí es fundamental es que siempre estén muy limpias y bien planchadas.

La calidad

Lo más importante es la calidad de la tela. La servilleta se acerca a nuestros labios, por lo que la textura es vital. Prefiere el lino y el algodón o una combinación de ambos, pues te sorprenderá su suavidad al tacto y lucen siempre impecables.

El estilo

Al igual que la moda cambia constantemente y esto nos permite disfrutar de una amplia gama de posibilidades a la hora de escoger las servilletas que le daran el toque especial a nuestras mesas. Las clásicas son blancas para ocasiones formales pero las de colores vibrantes se convierten en las favoritas gracias al color y la alegría que le dan a tu mesa.