Días de semana
Presentamos un verdadero compañero en la cocina… un libro dedicado a los almuerzos cotidianos y las cenas fáciles y rápidas.
Mis recetas :: Kristina Wetter
Esta es, sin duda, mi sopa fría favorita por su delicioso sabor y su extraordinario color.
Me gusta decorarla con ajonjolí tostado y servirla en platos blancos, pues su color es absolutamente sorprendente. Siempre levanta los mejores comentarios.
Precalienta el horno a 200ºC / 400º F. Envuelve las tres remolachas, sin quitarles la piel, en papel de aluminio con un dientico de ajo cada una y un trocito de corteza de naranja. Déjalas de una y media a dos horas en el horno. Cuando estén suaves, espera a que se enfríen ligeramente hasta que puedes tocarlas sin quemarte. Abre el papel y elimina la piel, el ajo y la corteza de naranja. Verás que la piel se desprende con mucha facilidad cuando están bien cocidas. Pon las remolachas peladas en la licuadora con el jugo de limón. Añade el consomé y ajusta la sal y la pimienta. Déjala enfriar antes de llevarla a la nevera. Una vez que la sopa está bien fría y minutos antes de servir, añade la taza de crema de batir refrigerada y mezcla bien. Decora con el cebollín picadito y las semillas de ajonjolí tostadas en una sartén sin nada de aceite. Puedes servir esta sopa fría, pero caliente también resulta deliciosa.