¿Quién se resiste a una clásica sopa de cebolla con su queso bien derretido?
Maravillosa resulta siempre una Sopa de cebolla a la hora de la cena, porque se hace rapidito y le encanta a toda la familia.
Derrite en una olla la mantequilla. Incorpora las cebollas en ruedas, agrega la cucharadita de azúcar y sofríelas, removiendo sólo lo necesario para que no se peguen; se trata de que se suavicen y se doren, aproximadamente durante una hora. Esparce la harina de trigo sobre las cebollas y remueve con la cuchara de madera hasta que estén bien cubiertas. Añade el jerez y el consomé y déjalos hervir. Ajusta la sal y la pimienta. Precalienta el horno a 500º F / 260º C y colócalo en broil, que es la posición indicada para gratinar. Pon a tostar las rebanadas de pan hasta que estén doradas. Sirve la sopa de cebolla en los envases refractarios y coloca tres rebanadas de pan tostado en cada uno de ellos, flotando sobre la sopa. Esparce el queso gruyère sobre las rebanadas de pan. Pon a gratinar la sopa en la parte alta del horno hasta que el queso esté derretido y ligeramente dorado. Sirve de inmediato.