Ahora que estoy renovando mi jardín, he buscado las plantas que mejor se adaptan a mis espacios al aire libre.
Las hortensias son coloridas, vistosas y requieren pocos cuidados. Llena tu casa de los rosas y lilas que te ofrecen estas agradecidas plantas. Y si lo deseas, cambia sus colores como por arte de magia.
Originarias de China y del Japón, existen unas 80 variedades de Hydrangeas, más conocidas como Hortensias, plantas que son siempre favoritas a la hora de seleccionar aquellas que darán colorido a los jardines de climas frescos. Su valor ornamental va incluso más allá: las hortensias se dan perfectamente bien en macetas cuando la planta está joven. Una vez que haya crecido es preferible transplantarla al jardín.
Las flores de las hortensias son vistosas, pero pequeñas. Ellas se presentan agrupadas en racimos redondos muy llamativos que varían en tamaño y que van de los siete a los veinte centímetros. Las flores de las hortensias duran varias semanas siempre y cuando no se mojen; sus tonos van del azul al violeta y del lila al rosa. Su color depende de sus variedades, pero también del ph de la tierra. En suelos ácidos, las hortensias dan flores azules mientras que las sembradas en suelos alcalinos producen flores rosadas. Las flores blancas no cambian de color. Para obtener flores azules de la variedad rosada, se hacen crecer en suelos ácidos para que sus flores tengan un color azul más intenso. Se puede cambiar el color de las hortensias para lograr flores de azules muy intensos con sólo añadir a la tierra concha de cítricos o café molido. Una vez al mes, pica en pedacitos bien pequeñitos las conchas de las naranjas o limones y entiérralos cerca del tallo. Verás que, al cambiar el ph de la tierra, cambiará poco a poco el color de tus hortensias y se acentuarán los azules.
El nombre de las Hortensias es Hydrangea Macrophylla. El término Hydrangea significa “bebe a sorbos” y es que pareciera que el agua nunca es suficiente para estas plantas floreadas que adoran que las rieguen sin mojar sus hojas ni flores. Macrophylla quiere decir “de hojas grandes” y basta ver con detenimiento una hortensia para apreciar sus bellísimas hojas povaladas con bordes dentados. Es importante no mojarlas para evitar la aparición de manchas negras que las afean.
Si decides poner hortensias en casa, en macetas se ven maravillosas. Una vez que la planta crezca, será preferible transplantarla al jardín o a macetas más grandes y colocarla en la sombra pero en un lugar luminoso. Una vez que la hayas sembrado, tomará el aspecto de un pequeño arbusto con flores. Esta planta suele florecer en abundancia en lugares frescos, húmedos y sombreados.
La hortensia es un planta muy fácil de mantener, siempre y cuando la riegues por lo menos un día sí y uno no, sin mojar el follaje. Si hace mucho calor, puedes regarla todos los días. Es conveniente hacer la poda inmediatamente después de la floración: cuando muera la flor, simplemente toma una tijerita y corta el tallo exactamente sobre el punto donde nace la hoja.
Bien sea en macetas o en jardines, la hortensia es una planta generosa con sus flores y es verdaderamente fácil de mantener. Sus colores le dan vida y alegría a los jardines, a las terrazas o incluso a una mesa en tu casa. Tu misma puedes sembrarlas, siempre y cuando recuerdes que sus raíces son muy delicadas, por lo que no deberás retirar la tierra de éstas. Siembra hortensias en tu balcón, tu jardín o simplemente en macetas y llena tu casa con la variedad de rosas o lilas que ellas te ofrecen.